top of page

NONO

México. Vive y trabaja en México

Inicio

www.nono.lat FB/nono.lat INSTA/nono.lat

Disfrutar de la plasticidad de los materiales, sintiendo la pintura entre los dedos o aporrear pinceles, es, sin duda, unas de las más adictivas sensaciones que acompañan el escozor del noble doble oficio de pintor. Es una obsesión fincada en seguir arrebatándole a la pintura mucho más de lo que ella parece estar dispuesta a ofrecernos, persiguiendo este anhelo; como artista voy dando rienda suelta a los procesos creativos aprendidos durante mi formación académica como diseñador gráfico hace más de 30 años. Abriendo con ello la puerta a sensaciones y experiencias que de a poco van incrementando la necesidad de continuar creyendo que, con ello, habré de alcanzar meta alguna; más sin embargo por cada paso que doy en busca de la perfección, ella misma se aleja dos pasos más: resultando en un acto tan utópico como el pretender alcanzar el horizonte. El acto de pintar es aprender a estar con uno mismo, sumido en un dialogo interior que lleva a la introspección en forma de espiral ascendente e infinito, pues al final del día en pintura nunca se habrá de alcanzar todo lo que es posible. Por ello, se arrebata, se terquea y hasta se roba una y otra vez al paso de incontables horas de labor en el taller, Me he disciplinado a desarrollar todo mi quehacer artístico en series, las cuales parten siempre de una corazonada que dan vida a un cuerpo de trabajo gestado a través de un proceso técnico decantado primordialmente en acrílico, donde por medio de la exploración gestual, la experimentación y una permanente cuota de azar se va macerando mi trabajo. Como artista plástico abrazo el regalo de vida de poder pintar, para poder palear mi energía creadora de casi tres décadas dentro de la industria creativa. Es, a su vez, un acto de desacato que busca alejarme del sometimiento de la imagen de su propósito comercial. El saberme artista es también saltar al vacío, saberme vivo, ser fiel testigo de mis propias vivencias como parte de una conversación cada vez más personal y necesaria.
 La raíz de mi quehacer plástico se nutre de la añoranza por evocar tiempos pretéritos donde tanto el valor de la gestación de la imagen y sus procesos han quedado casi en desuso; por ello, rescatar y compartir el oficio de crear imágenes es una de mis mayores motivaciones. En ese sentido, la relación artista-espectador vuelve a ser plena; por ello, en su obra le confiero a este último todo el protagonismo, esperanzado en lograr que abrace sus propias emociones.

bottom of page